Entrevista a Luciano Azpiazu, Decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Bizkaia.
Está aumentando la demanda de profesionales cualificados en competencias STEAM. ¿Se prevé que vaya a continuar esta tendencia en los próximos años?
Se entiende como STEM el contexto global de las carreras relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. En los últimos años, se ha añadido a las siglas inglesas STEM, la A de Arte y Diseño, uniendo así las habilidades artísticas y creativas con las competencias tecnológicas y científicas. Los jóvenes que adquieran estas competencias estarán mejor posicionados de cara a los cambios disruptivos que se van a producir en los modelos de negocio y en el panorama del empleo en los próximos años. Podría pensarse que estos cambios tecnológicos sólo afectan a las empresas de base tecnológica como Google o Apple, pero debido al gran volumen de datos que se van a manejar, sectores básicos como la energía, la banca o la sanidad van a incorporar en sus plantillas talentos STEAM.
Sin embargo, el número de estudiantes con vocaciones científico-tecnológicas no aumenta en la misma proporción. ¿Cómo lograr hacer más atractiva la ciencia para los jóvenes?
Aun cuando todos hemos tenido dentro una cierta inquietud tecnológica infantil, no cabe duda que estas carreras las podemos considerar como “huesos “ya que no se suele estar acostumbrado desde el Bachillerato a tener la capacidad de abstracción y sacrificio que luego se exige. No hay fórmulas sencillas para hacerlas atractivas, salvo la vocación, el ejemplo del entorno y del trabajo bien hecho y apreciado en el mundo.
Desde que nos levantamos convivimos con productos diseñados con ingeniería que nos hacen la vida más confortable como las cuchillas de afeitar, la tostadora, el calentador de agua o cualquier dispositivo de movilidad. Somos muy buenos técnicos pero no acertamos al vender la importancia de la ciencia y la tecnología.
La Unión Europea vuelve a reconocer a Euskadi como polo de innovación. Cada vez son más las pequeñas y medianas empresas que están apostando por la innovación e impulsan nuevos proyectos tractores de investigación y desarrollo. ¿Ocurre lo mismo en el mundo educativo?
Sin innovación no hay futuro. Tanto Euskadi como Navarra están por encima del Estado en I+D+i pero lejos de China y Alemania, por lo que la supervivencia pasa por innovar. Si las grandes empresas no hacen de tractoras hacia las pequeñas habrá que impulsar la vía – que ya se está iniciando dentro de la industria 4.0- de que una PYME avanzada haga de referencia y tractora de otras dos o tres ayudándoles a adaptarse al nuevo entorno. En cuanto al ejercicio libre de la profesión, o freelance, crecerá cada vez más y los técnicos, certificados por organismos internacionales, se contratarán por obras o por tiempos cortos, sin pertenecer a la estructura de una gran empresa. En el otro gran apartado, el de mejorar competencias transversales como compromiso, trabajo en equipo, orientación a resultados, que junto con la actitud y experiencia son la base del profesional del futuro, es donde los Colegios Profesionales podemos ayudar y así lo estamos contemplando en nuestra reflexión.
¿Qué le parece el proyecto Greenpower que ha incorporado Gaztelueta para potenciar las habilidades STEAM?
Me parece fenomenal, oportuno y que servirá para ir mejorando las competencias que antes he citado. Greenpower es un proyecto británico que propone a los escolares el diseño y la creación de vehículos eléctricos con los que podrán competir en carreras. Nació en Reino Unido a finales de la década de los 90 y, en la actualidad, aglutina a más de 8.000 estudiantes de más de 500 centros británicos. A este proyecto se han sumado ya equipos de países como Brasil, India, Irlanda y Estados Unidos. Gaztelueta, uno de los centros de referencia en innovación educativa, es la primera escuela de España que lo ha incorporado en su proyecto curricular.
¿Cómo intuye que será el mercado laboral que se encontrarán nuestros alumnos en el futuro?
La Cuarta Revolución Industrial implicará un cambio extremadamente acelerado en el mundo laboral. Se producirá un desplazamiento de los empleos actuales hacia los que se deriven de los cambios tecnológicos, y a su vez, se espera que los cambios demográficos y sociales tengan un impacto muy fuerte en los modelos empresariales y estructuras organizacionales. Y algunos datos: El 65% de los estudiantes actuales desarrollarán trabajos o tareas que actualmente no existen. El 47% de los empleos de hoy se automatizará en las próximas dos décadas. En el año 2020, más del 50% del contenido de los títulos universitarios se volverán inútiles en tan sólo 5 años.
¿Qué diría a los alumnos que terminan este año su etapa escolar en Gaztelueta?
Me parece difícil dar consejos a jóvenes que son algo mayores que mis nietos pero, ante todo, deben ser conscientes de que, aunque no lo sepan, llevan adquiridos una serie de valores éticos y morales y una base de conocimientos que les va a permitir afrontar el paso a la Universidad con más posibilidades de éxito. La universidad va a exigirles un esfuerzo y una disciplina propia claramente distintos de las del Bachillerato. No deben desesperar ante un posible fracaso inicial ni abandonar una carrera porque pierdan uno o dos años. Al revés, esos valores les deben servir para sobreponerse y fortalecerse mentalmente. De cara al empleo, la Universidad da la base pero cada uno debe mejorar sus habilidades y competencias y tener una actitud positiva y proactiva.