La conexión entre el ámbito educativo y el mundo empresarial es uno de los grandes retos que queda pendiente afrontar en las instituciones escolares. En la actualidad, la educación dual se centra mayoritariamente en la Formación Profesional y en la Universidad.
Una educación aplicada a retos y situaciones reales hace necesario entablar relaciones más intensas entre los centros educativos de enseñanza básica y las empresas. Esta colaboración facilita que los estudiantes puedan aplicar los conocimientos y las habilidades que van adquiriendo, a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje, a contextos reales. Como consecuencia, el interés de los jóvenes aumenta y se logra una mayor motivación que redunda positivamente en su aprendizaje.
Es importante que los alumnos vean la conexión del mundo real con lo que están haciendo y aprendiendo.
El proyecto Greenpower favorece esta conexión ya que los estudiantes deben defender el plan de viabilidad de su proyecto para lograr el patrocinio real y, así, hacer realidad lo que se han propuesto. Esta situación hace que los alumnos demanden formación en las áreas de economía, marketing y publicidad. Además, desarrollan con más eficacia la competencia lingüística -oral y escrita- a través de las entrevistas que tienen con los representantes de las empresas o en las comunicaciones por correo electrónico.
Al tratarse de contextos reales, los jóvenes se enfrentan, en bastantes ocasiones, a resultados negativos que deben gestionar emocionalmente. Por ejemplo, la negativa de una empresa a esponsorizar al equipo, después de haber preparado concienzudamente la exposición. Estas experiencias son muy enriquecedoras para ellos porque les hacen madurar y así aprenden a superar los sentimientos de frustración que les pueden surgir. Por otra parte, las gestiones exitosas y los objetivos alcanzados les satisfacen enormemente. Tanto la frustración como la satisfacción por lograr el éxito en sus proyectos deben gestionarlo en equipo, porque quien gana o pierde es el equipo.