Trabajar en un proyecto común utilizando una estrategia de aprendizaje cooperativo tiene como resultado la mejora del aprendizaje del alumno no solo en la adquisición de conocimientos sino en el desarrollo de habilidades y competencias.

Este cambio metodológico repercute positivamente en las relaciones interpersonales de los alumnos. Mediante esta metodología cada alumno es un agente activo no solo de su aprendizaje, sino también del aprendizaje de sus compañeros.

El trabajo en equipo fomenta valores como la empatía, el respeto, la escucha, la responsabilidad, el esfuerzo conjunto, la motivación, etc. Todos estos aspectos contribuyen a un mejor afrontamiento de los problemas y a buscar soluciones conjuntas para avanzar.

El trabajo cooperativo mejora el rendimiento académico, el desarrollo integral de la personas y la comunicación, así como desarrolla habilidades de inteligencia emocional para saber gestionar las emociones propias y actuar en función de las emociones de los demás.